LOS HUEVOS. Es el alimento más delicado por que son portadores de salmonella y resultan más peligrosos en crudo que cocinados. Guárdalos en la nevera siempre en la zona especial para ellos. Recuerda no batir nunca los huevos en el mismo plato en el que los has cascado. 
EL MARISCO. También es un portador de salmonella. Debes de guardarlo enseguida en la nevera y consumirse en el día.
EL PESCADO. Límpialo enseguida que llegues a casa y lo metes en la nevera en la balda más baja, en un plato tapado con film. Se conserva mejor con el interior limpio y dura menos si le dejas las vísceras. Si no tienes previsto consumirlo en 1 día, mételo en el congelador.
CARNE PICADA. La carne picada al no estar de una pieza, se hace más delicada cuanto mayor es su exposición al oxígeno y a los microorganismos. Guárdala enseguida en la nevera y no la dejes más de 1 día. Si tienes que tenerla más de un día en la nevera es aconsejable que la congeles.
EL POLLO Y EL PAVO. También hay que tener cuidado con ellos porque pueden ser portadores de salmonella. Mételos enseguida en la nevera en la balda más baja y en un plato tapado con film. Puedes tenerlos 1 día en la nevera, si no vas a consumirlos pronto, congélalos. Se conservan mejor en una pieza (entero) y dura menos troceado y en filetes.
Si te ha sobrado pollo cocinado, guárdalos en un recipiente hermético y consúmelo como mucho en 24 h.
LOS PLATOS COCINADOS. Si se dejan fueran de la nevera durante varias horas, las bacterias se multiplican rápidamente. Solo tienes que mantenerlos fuera de la nevera el tiempo suficiente para que se enfríe. Nunca se deben de meter alimentos calientes en la nevera. Una vez se hayan enfriado, mételos inmediatamente en un taper ware y a la nevera.
LA PASTA COCIDA. La pasta recién comprada (sin cocinar) la puedes guardar en la despensa en un recipiente con tapa. Cocida para ensalada debes dejarla en la nevera en un recipiente de cristal en los estantes del medio o de arriba. Consúmela antes de 24 h.
LOS FIAMBRES. En tan sólo 2 días pierden su olor y sabor original. Se conservan mejor en una pieza y dura menos en lonchas. Los fiambres también los pueden congelar.
LOS LÁCTEOS. Se pueden estropear cuando se rompe la cadena del frío y cuando una vez se han abierto, no se han guardado en la nevera.
LAS SALSAS. Las salsas especialmente las de tomate se vuelven ácidas . Guárdalas en el estante del medio o de arriba de la nevera, en un recipiente de cristal tapado. Consume las salsas en 1 día o congélalas.
LA MAHONESA. Evita en verano y en épocas de mucha calor hacer mahonesa casera porque el huevo crudo puede traerte problemas gastrointestinales por la salmonella. La mahonesa comercial es igual de peligrosa y tienes que andar con cuidado al consumirla. Es aconsejable que compres un bote pequeño y una vez lo abras, lo guardes en la nevera y consumas la mahonesa lo antes posible. Si notas que la mahonesa que queda pegada al cristal está algo transparente, tira el bote.
Si tienes que preparar un alimento que lleva mahonesa, hazlo al momento, antes de servirlo. Si por las circunstancias que sean no puedes comerlo inmediatamente, es aconsejable que lo metas en la parte más fría de la nevera hasta la hora de servirlo.
LOS TOMATES. Aunque lo recomendable es que los guardes directamente en la nevera cuando los compres, puedes dejarlos fuera sólo 1 día. Luego guárdalos en la nevera.
LA FRUTA. Con el calor, para que te dure más tiempo debes meterla en la nevera. Si la dejas fuera aunque siempre se estropearan antes, se conservaran mejor en un frutero sin amontonar y durara menos con las piezas superpuestas.
PASTELES DE CREMA Y NATA. Guarda en la nevera los restos de pasteles y tartas. Si los dejas mucho tiempo fuera de la nevera pueden producir problemas.
